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viernes, 5 de marzo de 2010

Buenos días Pandalejos,

Estoy seguro de que os morís de ganas por saber cómo acabó la historia del hospital. Anoche se la conté entera a Ella y se partió de risa. Claro que yo no la encontré tan divertida, ¡todo lo contrario! Pero juzgar vosotros mismos:

Yo pensé que temblabas de miedo. En ese caso era norma que no pudieses ir rápido :lol:

Bueno pero luego me arrastré hasta llegar al interruptor de la luz ;)

Me aseguré estar protegido apoyándome en la pared y busqué a tientas el interruptor. Cuando lo encontré conté hasta tres…uno, dos, tres…CLICK. La luz estaba encendida, pero yo todavía no me había atrevido a abrir los ojos. Una vez más…uno, dos, tres, ¡abre los ojos! No vi a nadie, ni siquiera a Ella. Su cama estaba vacía y en su habitación, ni rastro de ella. Primero pensé que simplemente se trataba de una pesadilla, pero yo tenía los ojos abiertos. Así que me pellizqué en la mejilla para comprobarlo. ¡AAAUCH, qué dolor! Estaba claro, no había sido ningún sueño.

¡¡¡MIIIUUU MIIIUUU!!!

Ya estaba otra vez el ruidito, pero no conseguía saber de dónde venía…un momento ¡de la máquina de rayos X! Me metí corriendo en la cama, debajo del edredón. Allí no me podía pasar nada, ¿o sí? De repente escuché pasos, muy de cerca. Alguien se aproximaba y mi corazón latía cada vez más rápido, y mi cama empezó a tambalearse, pero en ese preciso instante me dije: ¡Hay que superar el miedo! Spiderman nunca jamás se esconde bajo la manta cuando el peligro acecha. Así que cogí aire y me quité la manta de encima…

Max, necesitas tragar saliva.

Tienes razón, voy a tomarme un descanso y os cuento el final de la historia mañana.

Ya sabéis, si os queréis enterar ¡ojito al parche!

Max y Ella

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